lunes, 31 de diciembre de 2012
ECHO DE MENOS
Hace un año que me convertí
en un animal de ciudad
y en este otoño sin lluvia
gotean los recuerdos
de aquello que añoro... Echo de menos el olor
de la leña al llegar a casa,
de la tierra húmeda,
del orégano en flor,
del humo de las chimeneas,
del pan recién hecho,
de la yerba secando
en los armarios... Echo de menos
el sabor de los higos,
de las moras,de las cerezas,
de las castañas asadas,
de la hierbabuena en los guisos,
de los tomates del huerto,
del vino casero,
de la sopa de ajo, del pimentón... Echo de menos
el sonido del arroyo,
de los cárabos ululando
en el silencio de la noche,
del ritmo percusívo
de las castañas al caer
sobre las hojas muertas,
el crepitar del fuego,
el soplido del viento
filtrándose entre las copas
de los pinos,
el zumbido de las abejas
borrachas de néctar,
los maullidos de los gatos,
los graznidos de los cuervos
y el canto del gallo
anunciando el amanecer... Echo de menos
ver las estrellas,
y el ultimo rayo de sol
antes de esconderse
detrás de las montañas,
al himnótico fuego
bailando en el salón,
observar el lento
madurar de los frutos,
Despertar y ver que la noche
trajo un manto blanco de nieve
para detener al mundo,
las salamandras negras y amarillas
las flores,el musgo húmedo
sobre las rocas,las setas
el naranja ,el dorado de las hojas
apunto de caer,
y a los buitres dibujando círculos
sobre el cielo azul... Echo de menos el frió,
la niebla,las tormentas,
arroparme en las noches
de verano,
respirar el aire
que baja de las montañas,
escalar,las interminables
partidas de ajedrez,
cocinar para celebrar
lo agusto que estamos aquí,
y sobre todo, lo que mas añoro
es a esas personas
que compartieron mi mundo
durante aquellos seis años.
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